martes, 13 de febrero de 2018

El Incidente Cooper. Capítulo I: Un salón en penumbra

   Mi nombre es James Kaufman y desde hace ocho años soy coronel en la reserva del Cuerpo de Marines, casi el mismo tiempo que preciso de medicación y asesoramiento psicológico para poder afrontar lo que hemos dado en llamar vida. Aunque, en lo que atañe a la vida y la muerte, mi concepto de ambas a buen seguro tiene poco que ver con el de ustedes. Después de mi participación en el Proyecto Aurora, que más tarde y a tenor de los acontecimientos que se produjeron en aquellas fechas pasaría a conocerse en los archivos militares como el Incidente Cooper, no pude seguir vistiendo mis galones como si nada hubiera sucedido. 

    No albergo la esperanza de que estas líneas que escribo recluido en mi casa de campo puedan ser alguna vez publicadas y, si así fuera, quienes leyesen este documento seguramente no se tomarían los hechos en serio. En cualquier caso, no tengo ninguna duda de que desde muy arriba se haría todo lo posible para hacerlo pasar por las elucubraciones de un loco. Sea como fuere, siento la necesidad de desahogarme sobre un papel para exorcizar mis miedos, para purgar mi culpa y la de todos aquellos que siguen aún ciegos, escudados tras el nombre de la tan sacralizada Patria. 

    Quién sabe si algún día mis palabras verán la luz a pesar de todo. Si es así, al que esto lea sólo puedo jurarle por aquello que considero más sagrado que los hechos aquí expuestos son estrictamente verídicos y que en su momento tuve la oportunidad de conocerlos en primera persona. Y tal como los viví, así los cuento.


Capítulo I.  Un salón en penumbra

     Acudí a ver al general a su mansión en el sur de la campiña de Pennsylvania. Su secretario personal me llamó para que viajase con la mayor premura, a requerimiento del propio militar. Lo encontré en exceso demacrado, hasta tal punto que me alarmó el cambio que había experimentado desde que dos semanas atrás lo había visitado por última vez.  Pálido y exangüe, con la piel pegada a los huesos en cara y manos y sin apenas un mechón de cabello donde antes lucían finas hebras plateadas, el otrora poderoso mando del ejército se había convertido en un ser débil y enfermo.

   Estaba sentado sobre un sillón forrado de terciopelo encarnado, en su amplio salón con vistas a los prados verdes que pintaban el paisaje. Vestía una bata larga bajo la cual asomaban las alpargatas. Una botella de oxígeno reposaba a su lado izquierdo y un tubo plástico se bifurcaba en dos antes de penetrar sus orificios nasales. Desde algún punto del salón un equipo de alta fidelidad esparcía con sonido envolvente la Quinta Sinfonía de Beethoven. El anciano sostenía entre las manos temblorosas un libro, que dejó sobre la mesita en cuanto me vio. Habló con tono de voz bajo pero sorprendentemente firme.

Ha tardado coronel, lo esperaba en el día de ayer.

Ya sabe general, lo que es la burocracia militar. Es casi imposible desembarazarse de ella todo lo aprisa que uno desearía —dije a modo de disculpa.

¿Un whisky con mucho hielo, como siempre? —el militar ordenó al mayordomo, sin esperar por mi respuesta.

Me conoce usted demasiado bien.

    No tardó en reaparecer el asistente portando una bandeja con una botella y dos copas. El general le hizo un gesto para que nos dejase a solas.

No debería beber, pero a estas alturas ya poco importa. ¡Ah, Jimmy, no se imagina cómo llegado este momento se aprecian como nunca los pequeños placeres de la vida! 

Soy de la opinión de que el día a día no nos deja pararnos a contemplar las cosas como se debiera. Aunque mejor así, tal vez si tuviéramos tiempo de pensar demasiado acabaríamos por volvernos locos.

Tiempo Jimmy, tiempo es lo que quisiera, por lo que regalaría toda mi fortuna.

A todos se nos ha concedido un tiempo. Usted ha llegado más lejos de lo que otros probablemente haremos.

Fíjese en la melodía —el general señaló al aire con un ademán —todo un prodigio de la creatividad humana, en cada nota se nos regala un trocito de Dios. Tal vez sea esta la última vez que la escuche, o la última copa de whisky que pueda disfrutar. Todo se valora más cuando se sabe que puede ser la última, créame.

No adelantemos acontecimientos, general. Las previsiones nos dan todavía varias semanas.

Los médicos se equivocan. Lo sé, lo presiento. Es inminente, por eso te he hecho venir —me tuteó.

Me preocupan sus palabras, general Cooper. Dígame en que puedo ayudarle.

Demoró unos segundos la respuesta mientras tomaba un sorbo del vaso. Hasta sostenerlo parecía costarle esfuerzo.

Es urgente montar el dispositivo, no debemos esperar más o puede que sea demasiado tarde.

¿Está seguro? En el momento en que demos luz verde su rutina se verá seriamente trastocada… hasta el final. ¿No prefiere esperar un poco más?

No hay margen Jimmy, ya no. Debemos adelantar el operativo. Ha de ser ya. No podemos ponerlo todo en peligro por atesorar unos pocos días más, lo que hay en juego es demasiado importante.

Si está decidido, se hará como ordene.

¿Sabes? He vivido mucho y he visto muchas cosas. La guerra de Corea, Vietnam, operaciones en Sudamérica. Después vino el golfo Pérsico y todo el tema del terrorismo. Como consecuencia de mis órdenes ha muerto mucha gente, no es que me remuerda la conciencia, todo tenía un objetivo más elevado y no podíamos andarnos con miramientos. Pero llegado a las puertas de la muerte no dejo de preguntarme ¿de verdad quiero que me recuerden por eso? La mayor parte de la humanidad no es capaz de entender que a veces hay que hacer lo que impone el deber, pese a quien pese. Son débiles de espíritu. Pero los libros de historia dirán de ti lo que la mayoría piense, Jimmy. Y la historia no me recordará por lo que hice, sino por lo que ahora vamos a hacer. Los pioneros siempre permanecen, siempre. Nunca olvides esto.

Admiro su capacidad de sacrificio, general. Yo no sé si sería capaz.

Lo serías, Jimmy. Eres un hombre de acción y un hombre de honor, como yo. Las cosas se ven desde otra perspectiva con los años.

En ese caso, ¿desea que curse ya la orden?

A la mayor brevedad, coronel. El tiempo apremia.

   Compartí unos minutos más de charla con el general. Parecía que en los últimos días de su vida deseaba repasar todas y cada una de las vivencias acumuladas, disfrutar de la compañía de aquellos a quienes abandonaría en breve. Durante la tarde no dejó de sonar la música clásica como telón de fondo, daba la impresión que el anciano militar hubiera escogido esa banda sonora para servir de colofón a su paso terrenal, resistiéndose a dejar de escuchar aquel prodigio de la creatividad humana, cómo él lo llamaba.

    Fue la última conversación que tuve con el general Cooper, o al menos la última que pudiera calificarse como tal. Lo que vendría después no sé cómo podría nombrarse. Quien esto lea tendrá ocasión de juzgarlo por sí mismo.



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26 comentarios:

  1. Qué rabia me da no poder seguir leyendo. Como dice la etiqueta del relato me ha dejado en suspense por saber en qué consiste el Proyecto Aurora. Debo decirte que me alegro mucho encontrarme con una de tus historias largas que, a mi juicio, son las que mejor se te dan. Ésta promete. De momento es una delicia leerte. ¡Mira que escribes bien!
    Un beso y a por el capítulo 2

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    1. Como siempre Ana eres la primera en comentar. Te agradezco tu fidelidad a mis relatos Ana, y más sabiendo que estás embarcada en una novela, que te lo tenías muy calladito pero aquí se sabe todo. Ya nos mantendrás al tanto de los avances, enhorabuena por ese proyecto.
      Volviendo al relato, en principio serán seis capítulos así que es un relato de tamaño medio, espero poder cumplir las expectativas que te ha generado. Gracias por tu visita y comentario Ana. Un beso.

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  2. "Hay que hacer lo que impone el deber, pese a quien pese" son palabras que me ponen en alerta pero si las dice un militar, me ponen además en estado de pánico. Qué miedo me da.
    Veremos cómo sigue la historia pero tal cual ha empezado creo que va a sufrir gente (y a morir también).
    Esperaré la continuación.
    Un beso, Jorge.

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    1. ¿Verdad Paloma? y es que la lógica militar da miedo la mayor parte de las ocasiones. Por suerte esto es ficción y por desgracia todos los días vemos como esa misma lógica se aplica al mundo en que vivimos. Veremos como avanza la historia, de momento esto es sólo un aperitivo. besos.

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  3. Guardado a buen recaudo. Ya te diré James... digo, Jorge.

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    1. Bond, James Bond, para servirla a usted, señorita. Pues ya me dirás Isabel.

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  4. Qué interesante, Jorge, ¡no nos dejes así! Has creado una gran expectación por el inminente suceso que va a tener lugar y ahora habrá que esperar a la próxima entrega :)
    Como escritor me parece valiente que hayas elegido un protagonista de otra nacionalidad, con el esfuerzo que supone situarlo de forma creíble en su tiempo y espacio. De momento vas muy bien.
    Esperando me dejas :))

    ¡Un abrazo!

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    1. Gracias Julia. De vez en cuando me gusta irme a estos relatos más largos y complejos, dada la temática que se trata no resultaría creíble situarlo en nuestro país así que recurrir a personajes extranjeros era obligado. Espero que la credibilidad del relato no salga mal parada en sucesivos capítulos porque meterse en estas aventuras supone que la coherencia argumental se vea constantemente sometida a escrutinio. Abrazos.

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  5. Muy intrigada me he quedado con lo que van a organizar ese par y como dice Paloma con "militares" por medio da mucho miedo.
    Besos y a por la continuación.

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    1. Bueno, son personajes ficticios así que poco miedo deberían dar, otros más reales si que deberían asustarnos, Besos Conxita.

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  6. Bueno, bueno, amigo Jorge. El Proyecto Aurora promete buenas tardes de lecturas. Seis, creo haber leído.
    Espero con impaciencia el siguiente capítulo.
    Un abrazo.

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    1. jeje eran seis pero me temo que al menos uno más ha de caer. El final de la historia aún no está escrito y se ha complicado un poco. Pero todo llegará amigo Bruno, paciencia. Un abrazo.

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  7. Yo te mato, Jorge, te juro que te mato, iba directa a seguir los pasos de Virginia y me tropiezo con Cooper... es broma, claro, lo de matarte, no, eso va en serio, jajaja.
    Ahora sí, me encanta este nuevo culebrón —permíteme la expresión que no alberga ningún atisbo de menosprecio— que te has marcado, con lo que me van a mí las de acción... (tengo un máster en películas de este género, ehem, ser hija de padre militar es lo que tiene), así que ándate con mucho ojo que en cuanto metas la pata te lo haré saber, jajaja, esto también es broma por supuesto ;)
    Me gusta el tono, la intriga y los diálogos, buen comienzo recluta, siga así y ascenderá rápido en el escalafón :)
    Bicos, compañero ;)

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    1. Uf que susto! lo primero que leo es que alguien me va a matar y por si eso fuera poco, resulta que la susodicha es hija de militar (siendo de Ferrol no era descabellado pensarlo) y tendrá armas hasta debajo de la almohada! Para más inri tienes nada menos que un máster en películas de género! ¿quién me mandaría a mí meterme en este berenjenal? a ver a ver, donde está el botón de reset...
      Si meto la pata espero que me lo hagas saber, porque otra cosa no pero militares van a aparecer por aquí por un tubo. Espero Eva poder hacer honor a las expectativas levantadas. Bicos, sargento Loureiro ;)

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    2. Jajaja, no tengas miedo, es todo de boquilla... y una broma, por supuesto, te dejo, que me espera un atracón de Lorca ;)

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    3. Pues menos mal que lo aclaras porque ya estaba haciendo las maletas para desaparecer. De momento parece que podré seguir con mi vida habitual... de momento.. :)

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  8. Intuyo, amigo Jorge, que nos vas a tener de nuevo pegados a tu blog por unas cuantas semanas, ja ja
    .. Bueno, como si eso fuese una novedad
    El comienzo, de esos que implican al lector. Me gustan. Un clásico que nunca pasará de moda.
    Como dices más adelante, el entorno militar ya crea en nuestra mente un tipo de misterio de entidad global, o esa, de esos que conciernen al mundo, al ser humano, etc. Algo muuuy grande, vamos. En cuanto a la palabra "incidente" en el título, además del preámbulo, nos sugiere que, sea lo que sea, no salió como cabía esperar. Teniendo en cuenta todo ello y sumando tu capacidad para narrar, estoy seguro de que el resultado será de seis (o los que sean) capítulos para no perderse.
    No sé por dónde vas tirar compañero, pero me intriga
    Nos vemos por aquí. Un fuerte abrazo

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    1. Como bien dices Isidoro, e tratado de implicar más al lector dirigiéndome a él directamente. E intento dejar claro desde el principio que el experimento no salió según lo esperado, tratando de causar intriga en vosotros que lo leéis. En el segundo capítulo (ya publicado) se revela algo de por donde irán los tiros, así que nada que yo te pueda decir irá más lejos que la propia lectura. Gracias por comentar Isidoro, que sé que el tiempo no te sobra. Un abrazo.

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  9. Ya la introducción, cuando el coronel se presenta, es interesante… dan muchas ganas de saber que le ocurrió a James Kaufman para llevarlo al borde de la locura… de qué trata el proyecto Aurora, o el incidente Cooper. Por tanto, un gran comienzo de una historia.
    En el capítulo I buen manejo de los diálogos, así como del escenario (esta vez en penumbra) yen él dos actores, uno de ellos en condiciones físicas precarias, pero no mentalmente, el coloquio ágil e inteligente así lo indica (me habría gustado saber el título del libro que leía el general)
    Acabo de ver que has puesto el II... voy a leerlo.

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    1. Intento Isabel que en estos relatos más largos en los que el suspense es el principal motor de la historia, ir dejando miguitas que inciten a la intriga, no sé si con mayor o menor acierto, por eso me interesa conocer vuestras impresiones. Lo del título del libro, tendré que preguntarle al general porque no sé lo que estaba leyendo, a ver si consigo contactar con él. Gracias por pasar Isabel. Un beso.

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  10. Toda la historia mantiene, desde el principio, la intriga de los buenos relatos. La puesta en escena es excelente, con el coronel y el general hablando sobre el proyecto. Tienes razón, tiene muy poco que ver con el tema inspirador de Poe, porque tu llevas la ciencia mucho más lejos.

    Me encantará leerte. Un abrazo, Jorge.

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    1. Creo que es la primera vez que me leen al revés, al menos que yo sepa, pero parece que la experiencia no ha resultado mala. Un placer contar con tu lectura Manoli. Un abrazo.

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  11. una historia
    un momento muchas letras
    y afuera no hay sol
    brindo por vos

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    1. Qué razón tienes Recomenzar! aquí en Galicia en esta época llueve mucho y efectivamente afuera no hay sol! lo que no impide que brindemos, así que me sumo al brindis. Un saludo.

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  12. La historia promete, Jorge. El primer capítulo engancha. Sigo leyendo.

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    1. Bienvenido Paco a este blog. Veo que te has decidido a dar el salto desde TR, entre los problemas de acceso a la web y otras cuestiones que no vienen al caso, creo que hace tiempo que ha dejado de ser un espacio de referencia literario y se ha transformado mas bien en una red social poco útil para compartir literatura. Ya ves que por aquí andamos algunos de los que compartimos espacio tiempo atrás, unos con mayor asiduidad y otros menos. Pásate por aquí siempre que quieras, sabes que serás bienvenido. He leído en otro comentario que piensas hacer un blog, con las herramientas que pone google a nuestra disposición es sencillo, pero cualquier cosa no dudes en consultarla. Un abrazo Paco.

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